Cuando los duelos del alma despiertan, el caminar se vuelve más lento y los párpados, se tornan pesados como la roca.
Cuando los duelos del alma despiertan su eco, extremece los huesos con sus recias estructuras.
Cuando los duelos del alma aparecen, expulsan la firmeza de tu suelo.
Es difícil desprenderse de su voraz aliento y, despojarlos de la herencia de tu cuerpo.
Pero son sólo eso, duelos del alma que ya, murieron.

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