Las canciones del alba se muestran tranquilas,
ahuyentan las voces en la letanía.
Cabalgan despacio, espantando al viento,
recogen pedazos, de viejos recuerdos.
Insultan al aire con su luz marchita,
empapan de magia, la ilusión esquiva.
Trazos de sus besos envuelven la lluvia,
arrullando el sueño del alma dormida.
Amasa pedazos del amor perdido,
de su dulce aroma, su sabor herido.
Canciones del alba, mezquinas y atadas,
escapan con fuerza de cárceles blancas,
con rejas de plata y llaves dolidas,
con dolores muertos y eternos delirios.
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