Te has ido tranquilo, sin decir nada.
Como la luz del día, la de tus ojos;
fue desapareciendo despacio, tranquila;
sin decir nada.
No escucharé más tu risa en cada rincón del mundo.
Mientras duermo imagino tus labios que me besan,
tus manos que me tocan, tu voz que me susurra.
No sentiré más tu cuerpo bajo las sábanas.
Al abrir los ojos y no verte; recuerdo tu imagen en la almohada,
en cada esquina de mi cama.
Cuando despierte de mis sueños; ya no estarás;
para besar mi frente y acariciar mi cara.
¡Que injusta la muerte! que te arranca de mi lado cuando más te amaba

No hay comentarios:
Publicar un comentario