CAMINANDO

Nada espero de lo que no tengo,
nada siento de lo que se ha ido,
nada creo de lo que me dicen,
sólo tengo la verdad que escribo.
He caído algunas veces
en oscuros pensamientos,
he oído demasiado,
he escuchado mil sandeces.
Sí, de ingenuidad he pecado,
de inocencia reservada,
de indulgencia, solamente.
Pero es cierto que esto hay,
que de ingenua y  de inocente,
de necia y mil cosas más,
me ha tocado caminar
para tropezar cien veces.
Este es el sutil disfraz,
que me toca defender,
porque quiero de verdad,
porque mi vida es real,
porque amo sin pensar
en lo que vendrá después.
Si este es el precio a pagar
con gusto yo, así lo haré,
porque la vida es real
y más no lo puede ser.

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