ESTILOS

LA MALA PATA

Son las 6:00 de una mañana cualquiera, ella sale de casa para ir al trabajo; agarra la bolsa de basura para tirarla de camino al coche. Levanta la tapa no sin esfuerzo y la arroja a su interior, tras oír el sonido de aterrizaje en el fondo del cubo, se percata de la basura pestilente no iba sola en su descenso si no que su bolso con todo su contenido la había acompañado. Nerviosa, intenta introducirse en el fétido habitáculo más desiste ante la complejidad de la situación. Un poco indecisa, llama a la policía municipal, que entre risas y cuchicheos le dicen que llegarán en seguida. Durante la espera, ella se dedica a advertir a los tiradores de basura, de lo sucedido, suplicándoles que dejen sus sacos fuera. Tras cuarenta minutos de bochorno, aparecen dos chavalotes esbeltos y fornidos vestidos de uniforme azul conteniendo la risa al dirigirse a la chica. Uno de ellos saca su porra con picardía y la extiende cual antena, enganchando el bolso del fondo del cubo y entregándoselo a su colorada dueña que con la mirada gacha les daba las gracias.

PUEBLERINO

De buena mañana se va la moza pal trabajo, y coje el jediendo bulto de mugre pa tirarlo. La pava lo tira y cae en que ha tirao el bolso, será gansa. Se remanga la falda pa meterse dentro pero lo deja por que le duele la verija. Llama a lo municipale y eto decojonao le dicen que ahora van pa llà. La sinsutancia se queda allí como un pamarote diciéndole a tol mundo lo que le ha pasao. Llegan lo do mozo partiéndose el pecho, saca uno la garrota, y le alcanza el bolso a la boba con la cabeza como la aveztruce y  colorá como un tomate.

POÉTICO

Sale la niña al alba ensimismada
esperando hallar algún destino
lanzando a la vasija pestilente
su equipaje con todo el desatino.

Clama a los guerreros que la salven
de tan torpe accidente matutino
aguantando la mofa miserable
de aquel sagaz y tontorrón pollino.

Canturrea la niña al paseante
advirtiéndole del suceso majadero
lamentando su risa vergonzante
esperando al aguerrido venidero.

Llegan ya el par de pendencieros
con risa burlona y humillante,
y con la porra abierta por entero
entregan a la dama su equipaje
quien con rostro arrebolado de coraje
agradece con los ojos hacia el suelo.

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