Un nombre; un anexo del alma y a la vez del cuerpo, de una historia real e incierta. Un pensamiento inconsciente cargado de sueños, de noches desveladas.
Un nombre; de origen discordante, de futuro firme. Un nombre que cabalga sobre suelo inerte, vacilando a veces, itinerando recuerdos de tiovivo, de juegos furtivos en tardes de verano.
Un nombre; te acompaña como un desconocido, opaco; escondiéndose por las esquinas para ser encontrado, aquel que se presenta como un torbellino de deseo, aquel capaz de devorar el mundo, aquel agazapado en el regazo del viento.
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